El ácido hialurónico y la vitamina C son dos activos esenciales en el cuidado de la piel, cada uno con propiedades únicas que los hacen indispensables en diferentes momentos y situaciones según las necesidades de la piel. Vamos a ver sus principales características y cuándo aplicar cada uno de ellos.
El ácido hialurónico es un potente activo que se utiliza para hidratar nuestra piel. Es fundamental mantener la piel hidratada y nutrida en profundidad para que esté protegida frente a agentes externos como el frío. Esta hidratación actúa de barrera y por eso en esta época del año es muy importante no saltarse la rutina de día y dejar que la piel se enfrente al frío sin esa «capa protectora». Cuando la piel está hidratada la apariencia del rostro mejora y esto ayuda a difuminar las líneas de expresión, dado que la piel tiene mejor textura y elasticidad.
¿Cuándo usarlo? El ácido hialurónico es ideal para todo tipo de piel, pero es particularmente beneficioso para pieles secas, deshidratadas o maduras. Se recomienda aplicarlo diariamente, tanto en la rutina de día como de noche, para mantener la piel hidratada. Se puede encontrar en diferentes tipos de productos, como cremas, sérums, contornos de ojos, ampollas…etc.
La vitamina C, reconocida por su potente efecto antioxidante, es otro activo esencial en el cuidado de la piel. Su capacidad para combatir los radicales libres y aportar luminosidad a la piel, lo convierte en uno de los ingredientes más buscados en el mundo cosmético. Además aporta a la piel un efecto revitalizante perfecto para cualquier tipo de piel.
¿Cuándo usarla? La vitamina C puede ser utilizada prácticamente por todos los tipos de piel. Es esencial en pieles apagadas, para recuperar la luz perdida y aportar ese toque de piel resplandeciente tan deseado por tod@s. Puede utilizarse a cualquier edad. Se puede encontrar también en diversos tipos de productos, al igual que el ácido hialurónico.
¿Cómo combinarlos?
Ambos ingredientes pueden formar parte de la misma rutina de cuidado de la piel, actuando de manera complementaria. Lo ideal es aplicar primero la vitamina C por la mañana, para aprovechar su acción antioxidante, y el ácido hialurónico en las mañanas y noches para mantener la hidratación. Juntos, mejoran la textura, luminosidad y salud de la piel, proporcionando un cuidado integral.
Este dúo de ingredientes es clave para mantener una piel joven, hidratada y protegida. Recuerda que la constancia es fundamental para obtener los mejores resultados.